Estoy seguro que la mayoría de nosotros que somos creyentes nos hemos preguntado en algún tiempo u otro ¿Qué es mi responsabilidad del llamado que Yahweh me ha dado? Leemos en la palabra del Padre que Él dice “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará”. Lucas 12:48. ¿Qué exactamente somos llamados a hacer? Si leemos Mateo 28:18-20 dice “Toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra.” Él está en control. Después Él les dice a Sus discípulos (o estudiantes) lo que nosotros somos, “Haced discípulos de todas la naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y el Espíritu Santo (el poder supremo de Yahweh) ensenándoles que guarden todas las cosas que os he mandado”. Así que Él nos dice exactamente qué debemos hacer.
Ahora, piénselo por un momento. Esto fue dicho dos mil años atrás. Si en algún tiempo, en los últimos dos mil años, vamos a decir que esta cadena se rompió, ¿entonces como nosotros hoy en día tenemos la verdadera Buenas Nuevas? Pero Yahshua dijo en Mateo 16:18 que Él edificará Su congregación (o mejor dicho, Su cuerpo electo) y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. En otras palabras, por Su Espíritu en los últimos dos mil años Él transmitiría las Buenas Nuevas por medio de sus llamados electos hasta Su regreso.
Ahora la última parte de Mateo 28:20 también es muy importante. Dice “he aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Hemos visto a hombres tratando de tomar el lugar del Mesías por los últimos dos mil años, y todavía Él dijo que Él nunca se fue. Así que el primer punto cuando estamos pensando acerca de la gran comisión aquí en Mateo 28, es dejar que el Mesías nos dirija, y NO hacer la obra de los hombres. Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, criados en el Mesías Yahshúa para buenas obras, las cuales YAHWEH preparó para que anduviésemos en ellas”. Donde los hermanos se han desviado anteriormente de la base en este tema es cuando ellos han parado de buscar la voluntad de Yahweh y comienzan a seguir sus propias voluntades.
Pero todavía, si somos verdaderos discípulos y solamente deseamos compartir el gozo de nuestra salvación y Su Reino con otros, predicando las Buenas Nuevas puede ser el aspecto que nos da más satisfacción en nuestras vidas. Habacuc 1:5 dice “mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis”. Es la cosa más excitante que un ser humano pueda imaginarse de ser parte de ese trabajo.
Leemos en Hechos 8:4 “Más los que fueron dispersados, iban por todas partes anunciando la palabra”. En el versículo treinta “Y acudiendo Felipe, lo oyó que leía el profeta Isaías, y dijo: Mas ¿entiendes lo que lees? Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese, y se sentase con él”.
Es un gran honor para nosotros que nuestro Santo Padre nos ha escogido para ser parte de traer hijos a la salvación. Esa es la obra de Yahweh. Nosotros somos la obra de Yahweh. Y tenemos una responsabilidad (a como Yahweh nos dirija) para ayudarles a otros en sus caminos de la salvación. La próxima página “La Comisión Duplicada” le dará algunas ideas de Mateo 24, nuestra comisión duplicada es de hacer esta gran obra. No es una lista exhaustiva pero por lo menos es un principio, y una manera de dar algunas ideas de cómo lograr esta gran comisión.